mas que un sueño; mi deseo

Varias han sido las tardes y los días que he pasado esperándote, tratando de saber cuál es la verdadera razón de tu imponente existencia. Y pensaras que te reto, que de vez en vez no te respeto y casi siempre he llegado a desearte con un sutil suspiro o con una devastadora y sádica inyección de alcohol en la sangre.
Recuerdo aquellas tardes en las que pasaba mirándote, tratando de reconocer tu delicada silueta. Estar a un paso de tocarte ha sido la forma de reencontrarme, de sentirme vivo. Perforar cada parte específica de mi piel es como acariciar tu hondura. Nadar hacia lo más profundo del mar y dejar de respirar por un momento hace que mi piel te dese con más fuerza, sentir el aliento de tu voz pidiendo a gritos mi llegada. Me encanta escribirte poemas sentados a orillas de los andenes del subterráneo, puedo escuchar el sonido desgarrador de tu garganta, puedo sentir el aire más helado que ínsita mi deseo de aventarme y darte esa oportunidad.
Se que conoces mi pequeña y delicada fijación con tu presencia, se que puedes sentir mi calor cada vez que camino sin un destino fijo, sin una dirección, sin un objetivo; y en esos momentos de enorme e inmensa locura, cuando grito a los 4 vientos que vengas por mí, que te olvides de las personas que tienes en tu lista y acudas al llamado, y me tomes como parte parcial y total, como parte importante, como un premio a tu lista, como algo más que una persona más a quien llevarte hacia lo más lejano y desconocido.
Miro con cautela cada pequeña parte y fracción de la vida, admiro cada sensación y recuerdo con exactitud la emoción y el sentir que me permite precisar que han sido varias ocasiones las que te has postrado en mi mente, en mi alma, en mi sentir y mi emoción. Sabes y conoces perfectamente como me muevo en este mundo, sabes y conoces perfectamente que eres mi defecto y mi virtud, mi alegría y mi tristeza, mi éxito y mi fracaso. Te admiro y muero de ganas por poder mirarte realmente. Soy consciente que las pruebas que pones es solamente un espejismo de tu imagen, es solo una ilusión para ocultar tu verdadero secreto.
Me imagino estando en tus brazos, mirar tu desconocido e invaluable rostro, sentirme como un niño en los brazos de su madre y descubrir por fin lo que en verdad eres. Me imagino cruzar la línea de la muerte y ver el reflejo tan tétrico de la soledad, de la perdición, de los cuerpos que se quedan en la nada caminando sin saber que muertos ya están. Me imagino paseando por los alrededores del lugar tomando de tu mano, sintiendo la verdadera frialdad de tu viva presencia; te preguntaría por cada uno de los seres que hayas arrastrado hasta tus garras, te preguntaría sobre tu vida, quien eres y desde cuando estas atrapado en ese cuerpo que muchos desean y otros tantos simplemente los corroe el miedo, la angustia, el temor. Te preguntaría cuál es tu verdadera pasión; será simplemente matar, será simplemente tomarlos entre tus brazos y prepararlos para su maravilloso final, será simplemente decidir entre alguno que hace mucho y otro que hace nada o será simplemente satisfacerte con la imagen de que nunca regresaran, que siempre estarán vagando por la eternidad.
En verdad no sé si eres un ser o materia inerte, lo que sé es que mientras más te deseo, más ganas tengo de vivir, mientras más me imagino mi final, mas deseos tengo de aferrarme a la vida. Debes de conocer las miles de formas con las que planeado mi muerte, las miles de maneras que he pensado en quitarme la vida para al fin poder tener un maravilloso encuentro con tu inmaculada presencia.
En ocasiones me pregunto, ¿en qué momento?, ¿será este mi último respiro y mi último aliento? Y yo te cuestiono a ti también, en qué momento estarás dispuesto a salir de tu mar de ocultismo y tu cielo de sombras, en qué momento darás la cara y podrás llegar a ser algo más que solamente : la muerte.

Christopher E. Benitez Garcia.